LADRILLOS SUR LIMITADA inicia con su primera fábrica en 1963 al sur de la ciudad de Bogotá y se constituye como sociedad limitada en el año de 1966.

La primera planta de producción contaba con maquinaria nacional y contaba con la estructura de los tres primeros hornos a llama de la zona. Posteriormente se realiza la construcción del primer horno tipo Hoffman y con la adquisición de una maquinaria más moderna para la extracción y la preparación de la materia prima, nuestra empresa aumento la producción hasta llegar a 10.000 toneladas anuales, fabricando principalmente ladrillo tolete tipo cereza, cocido y recocido.

En la década de los años 80 se amplía la capacidad productiva con la construcción de la planta de producción Monteazul y la adquisición de la planta Lomaverde, ambas destinadas a la fabricación de ladrillo hueco (bloque) con una capacidad de 14.000 toneladas anuales cada una de ellas.

En la década de los años 90 se cierra la planta de producción de ladrillo tolete debido al plan de ordenamiento territorial de la ciudad de Bogotá.

En el año 2002 se decide vender la planta Monteazul y Ladrillos Sur concentra su actividad industrial en la planta Lomaverde.

A partir del año 2003 se da comienzo a un proceso de reestructuración, un cambio de imagen corporativa y una plataforma estratégica con proyección a nivel internacional. Además se incursiona en la fabricación de productos estructurales y fachadas, productos destinados primordialmente para proyectos de vivienda de interés social, a la par de una política estatal que reactivó la construcción.

En el año 2005 la empresa Gas Natural S.A. elige a nuestra empresa  a nivel nacional para la realización de un Proyecto Piloto para la operación de un Horno Hoffman con el combustible gas natural en cambio de carbón mineral, con sus correspondientes ventajas en el control del proceso de cocción, la conservación del medio ambiente y el mejoramiento de la calidad y la presentación de los productos.

Durante esta década, nuestra empresa ha venido ampliando su capacidad de producción con la instalación de controles de temperatura en el horno, un secadero artificial el cual aprovecha el calor sobrante del horno y la instalación de un laboratorio para monitorear la calidad de nuestros productos, alcanzando una producción anual de 36.000 toneladas en productos de mampostería estructural.